"Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos."

Sir George Bernard Shaw

domingo, 3 de mayo de 2009

PRIMEROS DE MAYO...


Las calles aparecen casi desérticas, abandonadas a su sino, en esta incipiente primavera. La noche acaricia la calma que impera con tenue intensidad, y como si el benigno clima se apuntara a la fiesta, los árboles han dejado de mover sus ramas y la ropa de abrigo o aparece anudada a la cintura o definitivamente, no existe. El puente de mayo, preludio de meses de holganza, nos ha cogido como por sorpresa, como si todos los años no fuera lo mismo.
Pero veo en las noticias que hay violentas movilizaciones de trabajadores, que piden, no, mejor, que exigen responsabilidades por las consecuencias de la crisis, al tiempo que acusan al gobierno de su falta de previsión.
Si, porque ayer fue 1º de mayo, jornada de conmemoración y reivindicación en todo el planeta...
¿En todo el planeta?
No.
Hay un reducto, una aldea, vaya, un país donde los “legítimos representantes de los trabajadores” se miran el ombligo complacidos, no es para menos, tras las muy suculentas subvenciones que reciben del estado, “no se habla con la boca llena...”, y claro, estos a lo suyo. No les importa que la mayor tasa de paro de la Unión Europea pertenezca a su Nación, pues a ellos no les faltará la Visa Oro para pagar comiditas, (de las unas y de las otras), seguirán pidiendo responsabilidad a los trabajadores respecto a los mandatarios que nos dirigen, pues, según ellos, o mejor dicho, según sus intereses, la culpa la tuvo Bush, Aznar, la guerra de Irak o el Cha-cha-chá...
Estos mismos sindicatos, cuyos máximos dirigentes probaron la paella para después comer en restaurantes con fundamento, que se quitaron la corbata que usan para lamer ortos en la Moncloa, son los que nos privan a los madrileños de la retrasmisión de la celebración del Día de la Comunidad de Madrid con una huelga política en el medio de comunicación publico, esto es, que pagamos todos los madrileños, los que pagamos, claro, que esa es otra, con tanta gentuza aprovechándose de los servicios públicos que pagamos unos pocos, mierda de Ley de Extranjería, como nunca se había conocido en España, que, a todo esto, Esperanza, ¿a qué esperas para privatizar Telemadrid?
Estos chaperos al servicio de su amo, a la sazón ministro de Deportes, ensucian con sus actos la memoria de mi abuelo, mi padre y de todos cuantos creyeron, dejándose en muchos casos la piel en el camino, equivocadamente o no, que se podría lograr la JUSTICIA SOCIAL.

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