"Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos."

Sir George Bernard Shaw

domingo, 25 de octubre de 2009

ESA GENTUZA

Artículo publicado en XLSEMANAL el 5/7/2009 por D. Arturo Pérez Reverte, y que, tras el espectáculo bochornoso en el parlamento español de la pasada semana, con la compra de votos para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, está hoy de actualidad, y por ello lo reproducimos aquí.


“Paso a menudo por la carrera de San Jerónimo, caminando por la acera opuesta a las Cortes, y a veces coincido con la salida de los diputados del Congreso. Hay coches oficiales con sus conductores y escoltas, periodistas dando los últimos canutazos junto a la verja, y un tropel de individuos de ambos sexos, encorbatados ellos y peripuestas ellas, saliendo del recinto con los aires que pueden ustedes imaginar. No identifico a casi ninguno, y apenas veo los telediarios; pero al pájaro se le conoce por la cagada. Van pavoneándose graves, importantes, seguros de su papel en los destinos de España, camino del coche o del restaurante donde seguirán trazando líneas maestras de la política nacional y periférica. No pocos salen arrogantes y sobrados como estrellas de la tele, con trajes a medida, zapatos caros y maneras afectadas de nuevos ricos. Oportunistas advenedizos que cada mañana se miran al espejo para comprobar que están despiertos y celebrar su buena suerte. Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida. Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio. No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su puta madre.







Sé que esto es excesivo. Que siempre hay justos en Sodoma. Gente honrada. Políticos decentes cuya existencia es necesaria. No digo que no. Pero hablo hoy de sentimientos, no de razones. De impulsos. Yo no elijo cómo me siento. Cómo me salta el automático. Algo debe de ocurrir, sin embargo, cuando a un ciudadano de 57 años y en uso correcto de sus facultades mentales, con la vida resuelta, cultura adecuada, inteligencia media y conocimiento amplio y razonable del mundo, se le sube la pólvora al campanario mientras asiste al desfile de los diputados españoles saliendo de las Cortes. Cuando la náusea y la cólera son tan intensas. Eso me preocupa, por supuesto. Sigo caminando carrera de San Jerónimo abajo, y me pregunto qué está pasando. Hasta qué punto los años, la vida que llevé en otro tiempo, los libros que he leído, el panorama actual, me hacen ver las cosas de modo tan siniestro. Tan agresivo y pesimista. Por qué creo ver sólo gentuza cuando los miro, pese a saber que entre ellos hay gente perfectamente honorable. Por qué, de admirar y respetar a quienes ocuparon esos mismos escaños hace veinte o treinta años, he pasado a despreciar de este modo a sus mediocres reyezuelos sucesores. Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante, de este modo, la tarde, el día, el país y la vida.






Quizá porque los conozco, concluyo. No uno por uno, claro, sino a la tropa. La casta general. Los he visto durante años, aquí y afuera. Estuve en los bosques de cruces de madera, en los callejones sin salida a donde llevan sus irresponsabilidades, sus corruptelas, sus ambiciones. Su incultura atroz y su falta de escrúpulos. Conozco las consecuencias. Y sé cómo lo hacen ahora, adaptándose a su tiempo y su momento. Lo sabe cualquiera que se fije. Que lea y mire. Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes. Cómo se han trajinado –ahí no hay discrepancias ideológicas– el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.






De cualquier modo, por hoy es suficiente. Y se acaba la página. Tenía ganas de echar la pota, eso es todo. De desahogarme dándole a la tecla, y es lo que he hecho. Otro día seré más coherente. Más razonable y objetivo. Quizás. Ahora, por lo menos, mientras camino por la carrera de San Jerónimo, algunos sabrán lo que tengo en la cabeza cuando me cruzo con ellos.”

domingo, 18 de octubre de 2009

Basura.

El famoso Calígula entró un dia al Circo y se apercibió de que recibía pocos aplausos. Se quedó pensativo y exclamó:
-¡Lástima que el pueblo romano no tuviese una sola cabeza para cortársela de un solo tajo!
Tal vez un pensamiento parecido pasó por las mientes de Zapatero el 12 de octubre, fecha en la que fue sonoramente abucheado durante el desfile militar.
No pareció afectarle en demasía el suceso. Tal vez porque es consciente de que entre los que van a ver esos espectáculos no está precisamente su vivero de votos.
Hay quien se sorprende de que a Gallardón le parecieran los abucheos, pero se olvidan del siempre existente corporativismo entre los políticos al margen de colores y banderías.

Por otra parte el alcalde no es tonto, y sabe que esos abucheos pronto se pueden volver contra él. El espejismo de la Olimpiada se ha esfumado y la débil memoria de la ciudadanía pronto no recordará quien impulsó la magna obra de la M-30. Cuando llegue la hora de votar primará más la reciente tasa de basuras que cualquier mejora en las infraestructuras, y quién sabe si Gallardón no tendrá que pedirle algún favor al presidente, porque por muy nefastamente que éste lo haga, ya se encarga el jefe de la oposición de hacer algo para que el impresentable ZP consiga mantener la diferencia (no se olvide que al vallisoletano le basta con no perder por mayoría absoluta)

Lo que sí despierta mi curiosidad es saber cuanto pagará por el famoso impuesto ecológico el Congreso de los Diputados. Tanto si es por el número de habitantes como por la basura generada la cantidad debe ser brutal. Claro, que al final la que la pagan son esos que se dedican al abucheo, lo mismo da que cada 10-O o cuando hay elecciones. Basura, mucha basura.

domingo, 11 de octubre de 2009

PALOMINO (II)

Hace aproximadamente una semana, un suceso ocurrido en las calles de Madrid, pasó sin pena ni gloria por las redacciones de los medios de comunicación, recibiendo escasísimo eco en ellos, de tal forma que tan solo unas pocas líneas lo reflejaron en La Razón y en el digital del ABC.


Los hechos, por lo que he podido saber, se desarrollaron así:

El sábado 3 de octubre, al rededor de las 4 de la madrugada, tres policías de paisano transitaban por una céntrica calle de la capital, cuando advierten que un grupo de jóvenes están destrozando mobiliario urbano y escandalizando en la vía pública. Cuando los agentes se acercan a ellos, estos, intentan apuñalarlos haciendo uso de armas blancas.

Hasta aquí, desgraciadamente, todo podría formar parte de la “normalidad” de una madrugada en cualquier ciudad de nuestro país, donde impera la ley de la violencia en las noches tomadas habitualmente por gentuza, y donde las distintas fuerzas de la Seguridad del Estado, se encuentran maniatadas para proteger a los ciudadanos honrados que quieran disfrutar de su tiempo de ocio como les plazca.

Lo realmente peculiar del caso que aquí refiero, es que cuando los cuatro mozalbetes, de entre 18 y 22 años de edad, hubieron de dar explicaciones de su violenta actitud, dijeron que “eran militantes de extrema izquierda y que habían confundido a los agentes con unos skin...”

A mi cabeza acuden, tras conocer tan justificable argumento, algunas preguntas; como por ejemplo, ¿darán con el título de antisistema, extremo-izquierdoso o rojillo variado licencia de caza de la esvástica?

¿Tendrán razón los jovenzuelos y parafraseando a Torrente, en Madrid a los maderos, “es que les visten como a nazis”?

¿Habrán pasado a disposición judicial, los polis digo, por interrumpir su labor a estos defensores de la libertad?

En caso de que a estos cabestros, los extremoizquierdosos enemigos de las papeleras, les hayan tratado como merecen, (cosa que dudo, de otro modo no entiendo el apagón informativo en torno a la noticia), si están en prisión digo, ¿no irán a manifestarse a las puertas de la cárcel sus amiguitos, los papás y mamás, para protestar por la brutalidad de la justicia española?

Si, en vez de agentes del orden, hubieran sido otros tantos ciudadanos sin chapa ni arma reglamentaria, pero con una indumentaria que no fuera del agrado de estos tolerantes demócratas, ¿cómo podría haber terminado el encuentro?

Una última pregunta, por casualidad, ¿conocerían de algo a Palomino?

domingo, 4 de octubre de 2009

¡Camaradas hasta el fin!

"El PCE de acuerdo con la Ley Orgánica 15/1999, de Protección de Datos comunica que los datos se integrarán en un fichero del PCE, que los utilizará para tramitar su afiliación, permitir el ejercicio de los derechos y obligaciones previstos en los estatutos, y mantenerle informado/a de sus actividades. Consiente en que sus datos sean tratados de acuerdo a lo establecido en el reglamento de Afiliados/as a efectos de inscripción como Militante y que, en caso de causar baja el PCE puede conservar sus datos con fines históricos y estadísticos. Así mismo consiente su cesión a IU o al Partido Izquierda Europea (PIE) a efectos de cotización. Puede ejercer los derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición, dirigiéndose al PCE, C/ Olimpo 35, 28043 Madrid. "
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El texto anterior es una cláusula incorporada al formulario que el nuevo militante del Partido Comunista de España debe firmar al hacer efectiva su afiliación al Partido.

En él me ha llamado poderosamente la atención la frase remarcada .

Después del empeño que pone esta formación política para los que abandonen la iglesia católico dejen de figurar en sus archivos, cómo pueden tener el suficiente rostro como para no aplicarse el cuento a ellos mismos.

Me pregunto entonces, en qué consistirá el derecho de cancelación del que se habla a final del párrafo. Me imagino que se tratará de dejar de pagar, porque visto lo visto, el comunismo imprime carácter, y una vez hecho comunista, comunista hasta la muerte. Se ha pasado del Socialismo o muerte, a Socialismo hasta la muerte. Y porque el comunista ortodoxo no cree en la vida eterna, que si no…

De todas maneras todavía no sé porqué me sorprendo cuando si algo ha caracterizado a este partido ha sido exigir a los demás lo que jamás se ha planteado para él.

Y que sepa el nuevo militante (si es que lo hay) que a eso se le llama hacer comulgar con ruedas de molino, y no del moulin rouge precisamente.