"Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos."

Sir George Bernard Shaw

domingo, 10 de enero de 2010

LA SILLA DE RUEDAS

Esta mañana salí a pasear como de costumbre con el perro, y, tras un recodo de mi calle, pude contemplar una silla de ruedas destrozada literalmente. Piezas sueltas por todos los lados, el respaldo rasgado, en fin, inservible de todas, todas.



Averiguando sobre el origen de tamaño despropósito, el portero de una finca cercana me ha puesto al corriente. Resulta que la usuaria original del artefacto era una anciana residente, junto con hijo, nuera y nietos en el edificio en el que él trabaja, que, consecuencia de la edad, los estragos navideños o de la “exquisita educación” de sus descendientes, ha fallecido recientemente.


Los herederos directos, esto es, hijo y nuera, seguramente con la intención de despejar la casa de trastos ya inservibles, encomendaron a su vástago que se ocupara de la mentada silla, y este, haciendo honor a la pinta de cafre que muestra, pidió ayuda a la jauría de semejantes que habitualmente le acompañan en la muy honesta misión de ensuciar la calle, trasegar ingentes cantidades de alcohol y otras sustancias y alterar el orden en el barrio.


En serio, ya me cansa comparar juventudes, criticar padres y formadores, y todo lo que se refiere a la mala educación de las más recientes generaciones, y pánico me da solo pensar en el futuro de nuestra sociedad. Vamos jodidos si son estos los que han de pagar nuestras pensiones.


Realmente, el motivo de la presente entrada es la irresponsabilidad de la administración de Esperanza Aguirre a la hora de gestionar los fondos públicos. Porque, la silla de ruedas protagonista de la heroica acción de estos gamberros, fue financiada por el SERMAS, Servicio Madrileño de Salud, como miles de otras, que graciosamente, se facilitan a personas que en un momento determinado las necesitan realmente.


El sistema empleado es el siguiente: primero el demandante del aparato paga el importe del mismo, para que después de un par de meses, se le reintegre el importe integro, SIN COMPROMISO NINGUNO por parte del beneficiario de cuidar un bien que él no ha pagado, sino el conjunto de los contribuyentes. Así podemos encontrar casos como el aquí relatado, o en ocasiones, personas que una vez que ya no precisan del instrumento en cuestión, (andadores, muletas, aparatos para la respiración asistida también se facilitan por el mismo método que las sillas de ruedas), tienen la desvergüenza de ponerlos a la venta.


La sanidad pública es deficitaria por múltiples causas, alguna achacables a la administración central como por ejemplo, la insuficiente financiación a través de los Presupuestos Generales del Estado, el cómputo a la baja de la población asistida en la Comunidad de Madrid o la completa ignorancia de los ciudadanos que aquí son asistidos de otras Comunidades.


Pero, por favor, Sra. Aguirre, gestione mi dinero con más coherencia, y de paso eche un vistazo a quien tiene cuidándole el gallinero, no sea que tenga algún zorro...


O alguna zorra.

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