"Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos."

Sir George Bernard Shaw

domingo, 20 de diciembre de 2009

Gastronomía moruna.

Por fin ya tenemos a la saharaui en su casa. Casi todos respiran aliviados, y digo lo de casi porque resulta que todos no podemos ver con buenos ojos lo que ha sucedido.

De nuevo un incidente menor nos ha hecho hacer el ridículo internacional. Si en un asunto baladí como es la tramitación de un pasaporte, nuestra Diplomacia se las ha visto y deseado, ¿qué pasaría si al sobrino de nuestro rey le diera por volver a hollar Perejil? No cabe duda de que nuestro ínclito ZP les ofrecería hasta Cuenca.

Lo que le sorprende a uno es que sabiendo como las gasta el de Valladolid, el vecino de abajo no haya intentado un pulso más arriesgado. Y más ahora que sabe que Obama no va a mover un dedo por solventarnos la papeleta. Porque de nuevo ha tenido que ser Sarkozy el que nos saque las castañas del fuego.

Sugiere el jefe de la oposición que la liberación ha sido a cambio de untar a base de bien al alauita con libre importación de tomates y demás favores, pero yo no creo que vayan por ahí los tiros ni los favores. Más bien, opino, se trataría de que todavía el presidente de los vecinos de arriba tiene un gran ascendiente sobre el rey de los vecinos de abajo. Y nosotros en el piso de en medio con la casa sin barrer. Todavía los franceses saben imponer su política sobre sus antiguas posesiones, no como otros.

Y tal vez sucede que los marroquíes todavía recuerdan como se solventó lo del islote y como fueron desahuciados en un par de segundos. Y aunque son conscientes de que el monclovita actual no tiene nada que ver con el anterior, sólo se me ocurre que algo tiene que aver el pánico que tienen los árabes a recibir un zapatazo. Sólo comparable con que aquí te arreen una coz en los mismísimos. Y por ello el nombre de Zapatero debe ser como nombrarles al mismo diablo, más o menos como empieza a pasar en la península.

Pero sólo es cuestión de que en poco tiempo tanto infiltrado como tenemos en la península convenzan a sus compatriotas de que no hay nada que temer, que esto es pan comido, que lo de Zapatero sólo es pura fachada, y aún ni eso.

Entonces no es que la saharaui no se vaya a salir con la suya por no querer comer, es que se la van a comer a ella con patatas cosechadas en España.

1 comentario:

Legionarius dijo...

Feliz Navidad para ti y tu familia.

Un fuerte abrazo español…