"Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos."

Sir George Bernard Shaw

domingo, 2 de agosto de 2009

Con la música a otra parte.

Se entiende por empatía aquello tan viejo de intentar ponerse en el lugar de otro en determinadas circunstancias. Algo que tiene especial mérito cuando se trata de un feroz enemigo o alguien por el que se siente especial inquina o desprecio.
Cuando uno navega por la red, no deja de llamar la atención la unanimidad con que todos a una se alzan contra la voracidad recaudatoria de la SGAE. Algo difícil de desmentir cuando se ve cómo su rapacidad llega a celebraciones de bodas o festivales benéficos con igual eficacia que a discotecas o conciertos. Poco a poco aquello de la empatía hace comprender que es evidente que algo deben llevarse los compositores por haber pergeñado sus melodías y cánticos, pero de la misma forma se entiende que no debería cobrarse por igual según el ámbito en el que resuene la canción en cuestión.
Lo que no se acaba de entender es que viendo como la inmensa mayoría de los pueblos españoles mantienen plantillas en las que se prodigan puestos y cargos que nadie sabe para qué sirven o qué hacen, y en cambio no se molestan en disponer de un compositor municipal. Teniendo en cuenta que cuando llegan las fiestas patronales la gente lo único que quiere es tener un fondo musical para trasegar y esquivar la vaquilla, tampoco hace falta que se esmere mucho. El caso es que el “cunda-chunda” resuene convincente, y con lo que se ahorre en pagos al SGAE se puede mantener al compositor y una banda municipal apañada. Y el que quiera conciertos que se vaya a la capital. Hay que tener en cuenta que si no fuera por el machacamiento reiterativo, sería imposible que un Bisbal almeriense y con estilo aflamencado pueda gustar por igual desde Almería a Lugo, y de Huelva a Gerona.
Y hablando de cánones, ¿cuándo van a pagar a las iglesias los que celebran bautizos civiles? Si eso no es un plagio, que venga Dios y lo vea.

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