"Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos."

Sir George Bernard Shaw

domingo, 22 de febrero de 2009

Se atisba el final de la crisis.


Al menos en España. Bien sabido es que una de las principales industrias de este país es la juguetera. Pues se vislumbra una solución a la notoria caída de ventas del sector juguetero.

Parece ser que el bueno de Evo Morales ha tenido a bien retirar de una de las principales plazas de La Paz una recia estatua con la efigie del Ché para colocar en su lugar la de los líderes indigenistas del siglo XVIII a los que los españoles tuvieron la ocurrencia de descuartizar por díscolos y revoltosos.

Suponemos que el cambio habrá provocado estupor y consternación entre toda la progresía europea al ver que en un abrir y cerrar de ojos todas sus camisetas, posters y chapas han quedado obsoletas. Ahora lo que se llevará será la imagen de los dos indigenistas desmembrados por las fuerzas del imperio.

Y es ahí donde los avispados empresarios levantinos pueden hacer el gran negocio de sus vidas. Basta ya de aburridas camisetas, carteles y tristes llaveros. Con un poco de imaginación en pocas semanas pueden llenar el mercado internacional con muñecos desmontables de los dos héroes bolivianos para que los niños de todo el mundo puedan rememorar cómo fueron sus últimos minutos de vida, puzzles con sus siluetas para reconstruir lo que el cruel verdugo llevó a cabo y figuras hechas de goma para que se exprese la inquebrantable oposición al descuartizamiento de los insignes cabecillas.
Así que ahí tenemos un juguete válido para todos. Unos pueden jugar a desmontar (descuartizar) una y otra vez el juguetito, mientras que los partidarios de Evo se entretendrán en contrariar la historia y volver a unir a los ajusticiados una y otra vez. ¡El juguete del año!
Ahí queda la idea, y ya que Morales se empeña en expropiar a Repsol y demás empresas hispanas, al menos que se pueda recuperar el dinero por otro lado. ¡Jugueteros, el futuro es vuestro!

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