Algo utópico.

Es obvio que la función de cualquier grupo opositor al gobierno de turno es hacer una labor de obstrucción más o menos constructiva para recuperar lo más rápidamente posible el poder.

Una de las bazas que está manejando con relativa eficacia es evitar que se imparta en las aulas españolas la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Y aunque uno parte de la premisa de que el partido no gobernante siempre exagerará aún sin desearlo los defectos de todo lo que tenga a bien legislar el gobierno, esta vez creemos que hasta se ha quedado corto.

Textos en los que hace apología de una ideología, se ridiculiza todo aquello que contradiga al progresismo imperante, se combate cualquier atisbo de autoridad familiar o se minusvalora la influencia de la religión no es una enseñanza imparcial y objetiva.

Mi sugerencia es la supresión de esta suerte de Alienación de la Ciudadanía, y si lo que se quiere, al menos en teoría, que los jóvenes aprendan que los fines se consiguen con esfuerzo, ayudando a los demás y siendo ayudados por ellos, a disfrutar sin agotar el presupuesto familiar, a cuidar la salud e incluso mejorarla, bastaría con que con el dinero asignado a las nóminas de tanto nuevo profesor se empleara en financiar medios de transporte y monitores para llevar a toda esa juventud a los campos de España.

Bastaría con que todos esos adictos al botellón, enganchados a las drogas de diseño y/o abducidos por los videojuegos tuvieran que sudar desde donde les dejara el autocar hasta el punto donde se comieran las provisiones aportadas por las autoridades educativas, para que un buen porcentaje se replanteara muchas actitudes.

Pero, claro, ya sé que tal iniciativa adolece de ingenuidad e idealismo. ¿Cómo iban a permitir tantas multinacionales que miríadas de consumidores se escaparan de sus garras durante unas horas los fines de semana?, ¿Quién asumiría que tanto joven pudiera adoptar un estilo de vida menos consumista y sano? Creo que es algo tan utópico que hasta me estoy replanteando esta entrada. Lo mismo me llaman fascista por insinuar algo que hasta les sonará a juventudes hitlerianas.