"Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos."

Sir George Bernard Shaw

domingo, 23 de noviembre de 2008

LOS "ABAJOFIRMANTES".


La pasada semana, los “intelectuales” pesebreros, los de siempre, los que hace un siglo que ni cantan ni escriben ni crean, los que sólo ponen el cazo por firmar manifiestos y colocarse pegatinas, se reunieron para reiterar el más absoluto ridículo garzoniano, y no pudieron hacerlo en mejor sitio que en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, no por las disciplinas artísticas que nunca practicaron los “abajofirmantes”, sino por ser esta la antigua sede de la más cruel y sanguinaria checa que durante la guerra civil, que ahora quieren ganar, existió, heredera de la de Fomento. Desde ese foro, en vez de buscar la reconciliación de los españoles, demuestran hasta que punto son capaces de rebajarse con tal de vivir sin pegar un palo al agua, bebiendo del dolor y la sangre de todos los españoles que sufrieron la fratricida contienda. Como ejemplo de lo allí dicho, la grande, la inmensa, la inconmensurable Cristina Almeida vomitó que sentía deseos de realizar un Acto de Fe con los libros de historiadores que no son de su opinión, porque contradicen la versión oficial de la historia, demostrando el talante democrático que profesan ella y los demás “funcionarios de la agitación prosociata”.
Casualmente, el manifiesto de marras coincide en el tiempo con el aniversario de las muertes de Franco y de José Antonio, con el permiso del juez vedette, claro, no sea que no estén muertos. Pero en realidad, del mismo modo que el año pasado “regalaron” la retirada de la estatua del anterior Jefe del Estado al responsable de la matanza de Paracuellos, únicamente se trata de otra cortina de humo más, otra distracción de la dramática realidad en que esta envuelta la sociedad española, con tantos frentes abiertos y sin ser combatida en ninguno. Lo más doloroso, a mi parecer, es la forma en que la ciudadanía entra al trapo, posicionándonos todos ante una polémica artificial, vacía, que hace años fue resuelta por nuestros padres y abuelos con una sabiduría admirable.
Dejémonos ya de pasadas batallas, obviemos a estos patanes ociosos a sueldo del poder, que no saben más que mirar con odio hacia el pasado, incapaces de mover un dedo por el futuro, intolerantes, buenos para nada, y pidamos cuentas a los políticos que nos gobiernan de la crisis económica que sufrimos, exijamos que desaparezcan las diferencias entre españoles sólo por el hecho de residir en uno u otro territorio, obliguémoslos a trabajar por la seguridad ciudadana, no les permitamos que se sienten a negociar en nuestro nombre con los canallas terroristas...
En definitiva, el pueblo español tiene la obligación de parar los pies a esta panda de vividores, que vampirizan a la sociedad viviendo del cuento, o mejor dicho, del “Cuéntame”.

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