Y como suele suceder en estos casos, mi hijo se empeñó en que le fuera comprado algo, da igual lo que fuera, el caso es que se le comprara algo.
Afortunadamente en la comitiva que formábamos también se hallaba la abuela de la criatura, con lo cual el gasto de la adquisición no fue gran problema.
El juguete en cuestión vino a ser una especie de helicóptero de combate dotado de misiles y presto para borrar de la faz de la tierra todo aquello que se menee.
En la foto siguiente se puede observar la configuración del cacharro. Evidentemente fabricado en China, ni que decir tiene.
La sorpresa me la llevé cuando me dio por extraer el piloto que simulaba manejar la nave. Sobre todo cuando observé su rostro.
Sin duda los jugueteros chinos se habían basado en la cara de Juana de Chaos.
Dudo mucho que los noticiarios chinos den mucha información sobre este criminal, por lo que uno, que no cree en el azar ni en las casualidades, pensó que de algún lugar tenían que haber sacado la información.
Sin duda estamos en un caso parecido a aquel del retrato robot de Ben Laden sacado de una foto de Llamazares.
Me estremezco de pavor si lo que sucede es que finalmente Chaos se ha ido del protestante Ulster a la comunista China (sin duda siempre se encontrará más a gusto entre comunistas que entre puritanos) y si los chinos le han proporcionado ese cacharro mientras que los isleños le negaron hasta un taxi.
Habrá quien piense que mejor China, que al fin y al cabo está más lejos, pero no hace falta sino darse una vuelta por la calle para darse cuenta que para miles de chinos España no está nada lejos.
Ofrezco esta información para que nuestro ministro de interior investigue y ponga remedio. Y sobre todo por si la ciudadanía cualquier día ve un helicóptero como el referido sobrevolando cualquier edificio institucional. Entonces más vale que se tire al suelo y cierre los ojos.
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