"Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos."

Sir George Bernard Shaw

domingo, 8 de noviembre de 2009

Más agujeros.

Hay cosas que cuesta comprender. Desde hace muchos años se lleva discutiendo si se debe desenterrar o no a Federico García Lorca. Se ha preguntado a la familia, han hecho falta innumerables autorizaciones judiciales, múltiples trámites administrativos, y todavía el asunto tendrá múltiples avances, retrocesos y vicisitudes de todo tipo.
Mientras se ha sabido que en la Sierra de Guadarrama se hallan los restos de Suñol, un presidente del Barça en tiempos de la II República.
Parece ser que durante la guerra tuvo a bien acercarse al frente para ver cómo aquello, y así se lo indicó a su chofer.
No está muy claro si es que se despistaron o que el chofer le traicionó, pero cuando descendió del auto se dirigió a los primeros soldados que vio exclamando vivas a la República y gritos de similar jaez.
Debía andar mal de la vista el presidente blaugrana, porque los interpelados resultaron ser soldados nacionales que al verse saludados de tal manera, no se les ocurrió otra cosa que fusilarlo en el acto.
Ahora anda la revista Sapiens, una suerte de Muy Interesante pero en catalán, excavanado por la zona para dar con sus restos. La familia se desentiende, el Barça muestra cierto interés y los partidos independentistas sigue el asunto con interés, aunque de momento no se ha encontrado nada salvo algún que otro casquillo.
Llama la atención como alguien sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo puede ponerse a excavar sin autorización alguna, y más en un sitio tan protegido como debe ser la montaña. Pero hace tiempo que se sabe que la ley aquí no es igual para todos. De todas maneras, a ver si le encuentran pronto y dejan de masacrar la sierra con sus agujeros y su presencia.
Y como deseamos que den con los restos del Sr. Suñol lo antes posible, adelantamos una posible pista: El presidente culé (ignoro si entonces ya se les llamaba culés) dio con aquellos soldados del Aleti que protagonizaron aquel anuncio tan famoso en que un miliciano rojiblanco dejaba libre a un soldado nacional también rojiblanco, que al verse importunados mientras compartían recuerdos y anécdotas futbolísticas se quitaron al pesado por la vía rápida.
¡Ah! Me imagino que el chofer era bisabuelo de algún ultrasur.

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