"Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos."

Sir George Bernard Shaw

domingo, 14 de junio de 2009

CANSANCIO

Sólo por curiosidad, he ojeado sobre qué escribíamos en este humilde blog hace un año. Pues bien, el fútbol, las memeces de una ministra, la crisis y la incompetencia del gobierno eran los temas estrella que ocupaban la pantalla... Otro torneo, otras “miembras”, otros integrantes del gabinete, pero la misma crisis, y lo que es peor, el mismo responsable.
Pero sobre todo, hablábamos de Rodríguez Zapatero, ese hombre que destaca rodeándose de personajes y “personajas” que encajarían mejor en las salvajemente sectarias tertulias televisivas del grupo Prisa que en un Consejo de Ministros. Y es el mismo hombre que tras negar la evidencia de la gravísima situación económica, en vez de ponerse el mono de trabajo y afrontar las medidas necesarias para combatirla, se dedica a hacer demagogia barata con los fondos de la Seguridad Social de forma irresponsable, poniendo en peligro las pensiones de los actuales cotizantes.
Nos ocupábamos también hace doce meses de la incapacidad del principal partido de la oposición para tomar las riendas de la rebelión cívica necesaria para parar tal despropósito, y llorábamos amargamente por la falta de un líder, sino carismático, por lo menos eficaz, aunque fuera como el anterior Jefe del ejecutivo, Sr. Aznar, que no paró de repetir la famosa coletilla, “váyase Sr. González...”, aún a riesgo de convertirla en un chiste, como así acabó por suceder, hasta que con la inestimable colaboración del entonces despechado juez Garzón, lo logró. Pasado un año, y tras una pírrica victoria en los comicios europeos, también en esta orilla del putrefacto lodazal que es la política española, seguimos igual.
¿Todo igual?
No.
Decididamente no. Me rindo. Me siento cansado, harto, hastiado, me supera sentarme ante el ordenador cada quince días para quejarme amargamente de la situación del país, de las necedades de la clase política, y luego, en la calle, comprobar que amigos, conocidos y hasta algún familiar cercano está encantado con la situación.
A partir de ahora, escribiré de fútbol, con permiso de esa muchachita con nombre de rally, ¿cómo se llama?, ah sí, Paris-Hilton.

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