"Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos."

Sir George Bernard Shaw

martes, 11 de marzo de 2008

Buenas noches... y buena suerte

Que falta nos va a hacer…
Ya recogen los servicios de limpieza de nuestras ciudades los desperdicios de la campaña electoral. Llegó la hora de recapitular y hacer balance de lo que estos últimos meses nos han deparado de positivo a los ciudadanos. Hoy, muchas cabezas se dan el respiro merecido tras intensas jornadas de trabajo a favor de unos u otros candidatos.
Pero para el ciudadano de a pié, en realidad, no va a significar prácticamente nada, si, su equipo habrá ganado o perdido, pero ignoran que les va a reportar en su vida diaria, creen que han vencido al vecino que les resulta antipático aún sin saber a quien votó este, únicamente les importa ver a su líder bañado en los colores de sus amores en la televisión y así nos luce el pelo.
Era mi intención hacer un balance de lo que costará a “papá estado” cumplir las promesas electorales del partido triunfador en los comicios, pero, la verdad, me da pereza. Tanto el Partido Socialista como el Popular, se vieron inmersos en una borrachera “democrática” de tal calado, en la que las ofertas electorales intentaban superarse unas a otras, que más bien parecía algún concurso televisivo, donde se competía con la intención de marear al pardillo de turno que al mismo se presentaba.
Objetivamente, la ocasión que se les presenta ahora es inigualable, suman tal cantidad de diputados que perfectamente podrían hacer de esta la legislatura la más próspera y eficaz de la democracia, con acuerdos puntuales en asuntos de máxima importancia para el estado como la unidad territorial, la incuestionable crisis económica y sobre todo el terrorismo. Los nacionalismos han pagado cara su radicalización y la autodenominada izquierda “verdadera” naufragó tras cuatro años de servilismo que ni Fernando VII, (el del billar) hubiera soñado.
Desgraciadamente, y a tenor de la actuación del pasado mandato de Rodríguez Zapatero, el político antes conocido como “presidente por accidente” y ahora nombrado como “presidente por reincidente”, (cuanto atentado en vísperas electorales, ¿no?), mucho me temo que los gestos vacios de contenido para la galería vociferante de la grada del estadio de la calle Ferraz , y dirigidos también a las aficiones que odian a los seguidores del club con sede en la calle Génova serán los que marquen su política de los próximos años…
O tal vez meses…
¡VIVA ESPAÑA!

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