"Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos."

Sir George Bernard Shaw

martes, 26 de febrero de 2008

En defensa de los titiriteros

Cuando era niño, y a menudo ya no tan niño, frecuentaba el parque del Retiro de Madrid no sólo por el placer de pasear por sus jardines o de disfrutar de sus paseos en barca, sino también me embobaba y aún hoy me embobo con las marionetas, los ilusionistas, malabaristas y hasta con los echadores de cartas. Cambian su mayor o menor arte por un poco de dinero y viven honradamente.
De un tiempo a esta parte, se está utilizando el término titiriteros para denominar con intención ofensiva, la banda de estómagos agradecidos siempre listos para lucir una pegatina como para insultar a la mitad de los españoles, con la autoridad que les otorga el dudoso mérito de dedicarse a la canción o al cine. Pues bien, aún en el caso de que alguno de ellos posea verdadera calidad artística, desde luego los menos, nada les autoriza para erigirse en jueces de lo ético, correcto o moral, máxime cuando son los primeros que no dan ejemplo. Curiosamente estos artistas se alinean irremediablemente con la izquierda, pero viven con todo el lujo y boato que las subvenciones pagadas por aquellos a quien menosprecian les permite.
Sorprende a veces descubrir como algún monarca de pollos fritos se permite opinar en tertulias más o menos sesudas sobre temas que tal vez pudo oír de pasada en la consulta de su cirujano plástico, (Ay, esas naricitas, que mal cuidadas están...), u otro macarra metido a rapsoda nombrado hijo honorífico del cártel de Calí y de Medellín por el dinero que les da a ganar puede enseñarnos a educar a nuestros hijos.
Creo que llamar a alguien titiritero no es un insulto, es tan honroso como fontanero, médico o... zapatero y rogaría que se sustituya por términos más acordes con los personajillos a los que nos referimos. Por ejemplo, ladilla de estudio de grabación, piojo (rojo) de plató o sanguijuela de papel cuché.
¡ VIVA ESPAÑA!

3 comentarios:

Caleb dijo...

Los echadores de cartas no son artistas, son engañabobos.

Anónimo dijo...

Claro, capullín, por eso digo que me embobo.

Caleb dijo...

No, decías que te embobabas. Aunque me quedo con la segunda versión como más ajustada a la realidad.
Y con lo que dices en tu comentario: "digo.." sobra lo de anónimo.