"Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos."

Sir George Bernard Shaw

miércoles, 30 de julio de 2008

Todo sea por los niños.

Circulan por la red de redes múltiples presentaciones donde se rememora en tono burlón las condiciones en que se desarrolló la infancia de las generaciones anteriores. Comparando las que disfruta la actual y previsiblemente las venideras: higiene, seguridad en los juegos, requisitos estrictos de los alimentos, normas en los medios de transporte, etc.
Parece una obsesión de todas las administraciones públicas es proteger a la infancia de todas las asechanzas de los adultos una vez que han nacido, porque durante los nueve meses previos no parece que la protección sea tanta sino más bien todo lo contrario.
Se nota porque cada cierto tiempo surgen noticias en las que se relata como cualquiera de las comunidades autónomas, que son las que tienen la competencia sobre la materia, retira la custodia a unos padres por negligencia en el cuidado de un infante o simplemente por previsión de que esa negligencia se vaya a producir: falta de recursos económicos, falta de nivel intelectual de los progenitores, o simplemente por haber dejado participar al niño en un deporte con cierto riesgo.
Supongo que en más de una ocasión la medida habrá estado justificada. Como en todo hay padres modelos, normalitos y nefastos, pero lo que llaman un poco la atención son los criterios con que se aplican esas normas. Veo justo que a un padre se le retire la custodia o al menos se le vigile más atentamente si por mejorar su status social arriesga gravemente la vida de su hijo, si para mejorar sus ingresos se aprovecha de sus hijos o incluso les hace delinquir. De hecho si los padres son españoles y sea cual sea el lugar de residencia, la pérdida de la custodia sería inmediata si los hechos son probados. Pero llama la aención que todo esto cambia si hablamos de individuos de otra nacionalidad. En España constantemente extranjeros llegan a nuestras costas con menores a los que han puesto en grave riesgo su vida para introducirse ilegalmente. De hecho están muriendo casi a diarios niños por el afán imprudente de sus padres por llegar a la Europa opulenta. Otros son explotados para mediante la mendicidad proveer de ingresos a sus padres, e incluso son animados por éstos a robar valiéndose de su impunidad como menores de edad. Se trata de hechos más que probados (no hace falta más que ver un informativo cualquiera) y ninguna de las administraciones interviene. Si a los países de donde salen estos inmigrantes ilegales llegara la noticia de que si el hijo llega vivo a su destino le va a ser retirada la custodia más de una madre se lo pensaría y si pese a ello persistiera, se le debería retirar ese hijo y entonces se podría pensar en ponerlo en manos de aquella ONG francesa que se dedicaba a facilitar la adopción de niños africanos por matrimonios europeos. Todo legal, justo y ecuánime.

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