Cuando a finales del siglo pasado se vino abajo el tinglado del socialismo real, salieron a la luz datos la mar de interesantes. Uno que me sorprendió especialmente fue el saber que en la Rumanía de Ceaceuscu, aquel amigo íntimo de Santiago Carrillo, el aborto estaba terminantemente prohibido y castigado (aunque no tenía los mismos reparos con los los opositores ya crecidos).
Aquel socialismo era tan real como el que impera en China, donde el aborto es legal, fomentado y a menudo impuesto. Pero cuando una ideología tiene poco en cuenta a la persona, lo que importa es el interés del Estado. Así si el país se ve sobrado de personal como China, pues todo son loas para dejar millones de seres humanos en la parrilla de salida, mientras que en Rumanía, que se ve que andaba escasa de personal para dar el callo, no había excusas para no aportar rumanitos al proyecto de una Gran Rumanía (qué susto se llevaría Ceacescu si levantará hoy la cabeza.) Curiosamente, pese a tanto esfuerzo del dictador rumano a favor de la vida éste acabó en el paredón de la mano de su señora tras sumario juicio de las volubles masas que días antes le vitoreaban.
En cambio, los partidarios del socialismo real que quedan por España se ve que no deben hacer muchos análisis de las necesidades del Estado al hacer sus proyectos. Pese al descenso brutal de la natalidad fomentan a troche y moche el exterminio en raíz de miles de españolitos que llaman impacientes a la puerta, y suponen que sus vacantes se llenarán con los inmigrantes que impacientes nos llegan, sean de donde sean.
Pero hay pocas dudas que al final no se puedan resolver sin tener que emplear demasiada perspicacia, porque en los durante estos días hemos podido ver a preclaros jerifaltes de I.U. acudir a declarar ante el juez por el caso de los abortos ilegales practicados en Barcelona en Madrid. Uno podría pensar que el motivo de comparencia era el afán de defender a los que practicaban el hobbie de Herodes como objetivo de la liberación de la mujer y de la clase trabajadora del engorro de la maternidad y de producir nuevos esclavos para la insaciable maquinaria explotadora capitalista. Pero no, el motivo no era tan “loable”, el motivo es que esas políticas se jugaban sus dineros en esas clínicas, y a menos abortos menos ingresos, dicho en buena lógica capitalista. Así que uno se pregunta hasta que punto se puede confiar en la objetividad y desinterés de estos personajes cuando no dudan en utilizar los privilegios y oportunidades que les da la Política (cada vez menos afortunadamente) para sus oscuros intereses.
¿Tendría algo que ver Marisa Castro en el fusilamiento de Ceacescu?
Aquel socialismo era tan real como el que impera en China, donde el aborto es legal, fomentado y a menudo impuesto. Pero cuando una ideología tiene poco en cuenta a la persona, lo que importa es el interés del Estado. Así si el país se ve sobrado de personal como China, pues todo son loas para dejar millones de seres humanos en la parrilla de salida, mientras que en Rumanía, que se ve que andaba escasa de personal para dar el callo, no había excusas para no aportar rumanitos al proyecto de una Gran Rumanía (qué susto se llevaría Ceacescu si levantará hoy la cabeza.) Curiosamente, pese a tanto esfuerzo del dictador rumano a favor de la vida éste acabó en el paredón de la mano de su señora tras sumario juicio de las volubles masas que días antes le vitoreaban.
En cambio, los partidarios del socialismo real que quedan por España se ve que no deben hacer muchos análisis de las necesidades del Estado al hacer sus proyectos. Pese al descenso brutal de la natalidad fomentan a troche y moche el exterminio en raíz de miles de españolitos que llaman impacientes a la puerta, y suponen que sus vacantes se llenarán con los inmigrantes que impacientes nos llegan, sean de donde sean.
Pero hay pocas dudas que al final no se puedan resolver sin tener que emplear demasiada perspicacia, porque en los durante estos días hemos podido ver a preclaros jerifaltes de I.U. acudir a declarar ante el juez por el caso de los abortos ilegales practicados en Barcelona en Madrid. Uno podría pensar que el motivo de comparencia era el afán de defender a los que practicaban el hobbie de Herodes como objetivo de la liberación de la mujer y de la clase trabajadora del engorro de la maternidad y de producir nuevos esclavos para la insaciable maquinaria explotadora capitalista. Pero no, el motivo no era tan “loable”, el motivo es que esas políticas se jugaban sus dineros en esas clínicas, y a menos abortos menos ingresos, dicho en buena lógica capitalista. Así que uno se pregunta hasta que punto se puede confiar en la objetividad y desinterés de estos personajes cuando no dudan en utilizar los privilegios y oportunidades que les da la Política (cada vez menos afortunadamente) para sus oscuros intereses.
¿Tendría algo que ver Marisa Castro en el fusilamiento de Ceacescu?
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