Hay una canción del grupo Nuevo Mester en la que se proclama como Castilla suspira durante siglos por un Nuevo Capitán que le libre de gente falaz. Algo parecido se podría decir de este país en el que nos movemos. Cada vez se aprecia como las buenas gentes se dan cuenta de que si los partidos se llaman así es porque su función es favorecer, cuidar y privilegiar a sus partidarios, y desfavorecer, descuidar y discriminar a los que no son de los suyos. Es necesario un Nuevo Capitán ya.
Así que durante años y más años se espera ese hombre (o mujer) que pueda desfazer tanto entuerto al margen de parcialidades e intereses. Se han dado casos de militares que han estado a punto de encarnar ese ideal, pero tuvieron el desliz de asumir más la protección de una ideología que otra, y eso que Miguel Primo de Rivera estuvo a punto de conseguirlo, siendo apoyado hasta por el entonces joven PSOE.
Ahora podemos ver como un personaje se ha encaramado a las cimas de la popularidad, arrastrando masas por una actividad al margen de la política, y por tanto librándose de los nefastos prejuicios del político profesional. Se trata de José Tomás, ese temerario torero que encandila a la afición, y que en mi opinión recoge los atributos ideales para llevar a este maltrecho país a las más altas cimas.
No se le puede negar a este personaje valor, arrostrando riesgos sin número, por lo tanto no le iba a temblar el pulso para acometer tareas como la lucha contra el terrorismo, la crisis económica.
Como torero ya se ha convertido en millonario, por lo que no habría que temer una posible corrupción, ya que para ganar dinero se quedaría donde está, y al no tener cargas familiares tampoco podría caer en el terrible pecado del nepotismo.
Se trata de alguien que sería bien visto por la Derecha tradicional, ya que su padre fue alcalde por el Partido Popular, con una gestión tan eficaz que cuando los socialistas han recuperado el mando municipal todavía no han hecho nada que mejore en algo lo que hizo. Tiene una profesión de lo más patriótica para alivio de los más tradicionales, y es nativo de la Comunidad de Madrid para alegría de los centralistas, pero no de la capital y reside en Andalucía, para regocijo de los más federalistas.
Por otra parte hace poco se negó a brindar muy digno un toro al Rey en una corrida, ya que siempre ha hecho gala de republicanismo militante y coherente, y además sabe de la dureza de la emigración cuando tuvo que irse a Méjico durante una temporada, lo cual puede favorecer su acogida por la clase obrera y proletaria.
No cabe duda de que se trata de un posible candidato de consenso, que como torero ha sabido en su momento retirarse a tiempo aparte del detalle de dedicarse a una profesión de altísimo riesgo que hace difícil que pueda caer en la tentación de perpetuarse en el poder.
Tenemos ante nosotros el Gran Capitán tanto tiempo esperado.
Así que durante años y más años se espera ese hombre (o mujer) que pueda desfazer tanto entuerto al margen de parcialidades e intereses. Se han dado casos de militares que han estado a punto de encarnar ese ideal, pero tuvieron el desliz de asumir más la protección de una ideología que otra, y eso que Miguel Primo de Rivera estuvo a punto de conseguirlo, siendo apoyado hasta por el entonces joven PSOE.
Ahora podemos ver como un personaje se ha encaramado a las cimas de la popularidad, arrastrando masas por una actividad al margen de la política, y por tanto librándose de los nefastos prejuicios del político profesional. Se trata de José Tomás, ese temerario torero que encandila a la afición, y que en mi opinión recoge los atributos ideales para llevar a este maltrecho país a las más altas cimas.
No se le puede negar a este personaje valor, arrostrando riesgos sin número, por lo tanto no le iba a temblar el pulso para acometer tareas como la lucha contra el terrorismo, la crisis económica.
Como torero ya se ha convertido en millonario, por lo que no habría que temer una posible corrupción, ya que para ganar dinero se quedaría donde está, y al no tener cargas familiares tampoco podría caer en el terrible pecado del nepotismo.
Se trata de alguien que sería bien visto por la Derecha tradicional, ya que su padre fue alcalde por el Partido Popular, con una gestión tan eficaz que cuando los socialistas han recuperado el mando municipal todavía no han hecho nada que mejore en algo lo que hizo. Tiene una profesión de lo más patriótica para alivio de los más tradicionales, y es nativo de la Comunidad de Madrid para alegría de los centralistas, pero no de la capital y reside en Andalucía, para regocijo de los más federalistas.
Por otra parte hace poco se negó a brindar muy digno un toro al Rey en una corrida, ya que siempre ha hecho gala de republicanismo militante y coherente, y además sabe de la dureza de la emigración cuando tuvo que irse a Méjico durante una temporada, lo cual puede favorecer su acogida por la clase obrera y proletaria.
No cabe duda de que se trata de un posible candidato de consenso, que como torero ha sabido en su momento retirarse a tiempo aparte del detalle de dedicarse a una profesión de altísimo riesgo que hace difícil que pueda caer en la tentación de perpetuarse en el poder.
Tenemos ante nosotros el Gran Capitán tanto tiempo esperado.
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