Yendo a hacer la compra diaria observé que un local que hasta hace poco estaba desocupado, ostentaba un cartel en su fachada.
“Vaya, no todo son cierres. Todavía hay quien se atreve a crear una empresa con la que está cayendo” –pensé, iluso de mí.
Acercándome pude comprobar que el local en cuestión había sido adquirido o alquilado (me imagino que no “okupado” por las trazas) y que desde luego ahí había de todo menos iniciativa capitalista.
Cuando aquello estaba abierto (parece ser que las 10 de la mañana no era hora de estar “trabajando”) servía para que desarrollara sus actividades el “foro para la memoria”, una enésima organización para acordarse de aquellos que fueron represaliados durante el anterior régimen.
Es la última moda, todo el mundo monta su chiringuito para recordar, conmemorar desenterrar a los presos o fusilados durante cuatro décadas. De tal modo que ya prácticamente hay más organizaciones para dicho fin que presos a recordar.
Como es de suponer, y teniendo en cuenta que este foro anda en comandita con la Fundación Domingo Malagón, estrechamente vinculada al PCE e IU, no andará sobrada de cuotas de socios, por lo que ya estamos ante otro grupete de amigos que tira de las ubres de la Administración a la que tanto denostan, ya sea esta estatal, autonómica, provincial o local. Bueno, con las entidades vecinales suelen llevarse bastante bien.
No me he molestado en visitar su página en la red, y ni siquiera sé si la tienen. Y es que viendo los carteles que adornan su fachada uno puede adquirir conocimiento cabal de cuáles son los fines de la entidad en cuestión. Método didáctico de los que ya se valían para instruir al ignaro en los tiempos en que se construían las catedrales
Basta ver que el logotipo representa un muñeco rojo de pie y otro azul de rodillas y humillado. Más claro agua. ¡Pobres azules, la que os espera! Aunque siempre os queda la opción del ataque preventivo antes de que sea demasiado tarde.
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