"Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos."

Sir George Bernard Shaw

martes, 20 de mayo de 2008

Me lo ponen fácil.


Uno estima que lo propio en cualquier Estado que se las dé de democrático, es que prime la laicidad –que no el laicismo, que es otra cosa peor- y que ninguna confesión tenga el carácter de estatal, por mucho que alguna de ellas sea estatal y que tal vez por ello nos encontremos todavía con funerales de estado, al jefe de estado participando en ceremonias con carácter oficial, etc. En ese sentido tenemos mucho que aprender de los franceses, que para algo llevan muchos más años depurando lo que es la laicidad del Estado.
Basándonos en esa premisa es lógico que tampoco se favorezca a ninguna de las confesiones existentes, ya sea mediante leyes, propaganda, privilegios... o financiación a cargo del erario público.
Según se nos ha dicho, éste será el primer año en que la iglesia católica tendrá que afrontar sus gastos con lo que aporten sus fieles, ya sea en las ofrendas o mediante lo que señalen en sus declaraciones de la renta. Algo que podría intentarse con partidos políticos, sindicatos, asociaciones u ONG’s de todo pelaje que sólo son gubernamentales a la hora de llevarse el buen pellizco de las subvenciones.
Uno, al rellenar el impreso de la renta se encuentra con el dilema de marcar la casilla de la iglesia, el de otros fines sociales, ambas o ninguna. En los cuatro casos el importe que habrá de pagar el declarante es inalterable pero sería interesante saber qué se va a hacer con ese pequeño importe (al menos en mi caso.)
No voy ahora a contar a lo que se dedica la iglesia con sus luces y sus sombras porque más o menos de todos es conocido. Lo que es menos conocido es a qué se dedican esas asociaciones y organizaciones no gubernamentales. Me parece asombroso de salida la facilidad con que nacen estos grupos, la inmensa mayoría desconocidos y por lo tanto con suma dificultad para llevarse donativos del españolito de a pie.
Si comparamos las actividades a las que se dedican, más bien de pequeña monta, con el aparato burocrático con que se dotan vemos a qué se va a dedicar el principal capítulo de sus presupuestos. Ya sabemos cómo acaban los ejércitos en que hay más oficiales que soldados.
Pero es que vemos que en el conjunto de esas asociaciones que en general dicen combatir el hambre, el analfabetismo, el alcoholismo, los malos tratos, etc. se han colado muchos que combaten el hambre eliminando los afectados en vez del problema (¿qué es eso si no el aborto?), separando a niños de sus familias llevándolos al Primer Mundo para que se eduquen y añadiendo a sus ganancias lo que pagan las familias europeas y americanas que pagan por la adopción (Véase el reciente caso del Chad), defendiendo los derechos de homosexual (¿qué tiene eso de social?) Posturas que la mayoría de esta sociedad no comparte o le traen al pairo, digan lo que digan los medios de comunicación y series de T.V.
Así que, visto lo visto, y pese a que uno tenga la costumbre de ofrendar en otra iglesia, ya sé qué casilla voy a marcar este año, prefiero las sotanas de toda la vida a las que desfilan por Chueca.

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