Ante todo, Feliz Año, como es preceptivo en estas fechas, a pesar de los negros nubarrones que desde todos los frentes nos presagian una etapa de vacas flacas, económicamente hablando. De hecho, por ahí se felicita a modo de chascarrillo el 2010, porque el 2009 ya se sabe...
Lo lógico sería, al ser la primera entrada anual, hacer un repaso de lo sucedido en el pasado año, o bien posicionarme de cara al presente. Pero, para ser sinceros, ni encuentro las fuerzas para recordar tanto despropósito ni ganas de imaginar los desmanes a los que la clase política nos va a someter en adelante.
Cuando ayer, ojeando distraídamente la prensa, al tiempo que cavilaba acerca del tema con el que fustigar las sagaces inteligencias de los agudos, (y escasos), lectores de este blog, me tropecé con una encuesta de intención de voto, y confieso que no me sorprendió lo más mínimo que el PSOE ande por delante del PP, aún después de la que está y ha caído en los últimos meses.
Por un lado, la fidelidad del votante socialista está construida a prueba de bombas, basada en un rencor que raya en lo patológico, y alimentada sabiamente por los agitadores, que no dirigentes del partido, utilizando un engendro llamado Ley de la Memoria Histórica, ¿o será histérica? La nefasta política económica, con mentiras fácilmente demostrables sin necesidad de acudir a las hemerotecas, pues fue en el pasado mes de marzo cuando se negaba con vehemencia la por el resto del planeta reconocida crisis, la traidora posición del ejecutivo respecto a la banda terrorista ETA y todas sus organizaciones satélites, con quienes primero negociaron para después negar la mayor, o las injustas políticas sociales, mas diría yo antisociales, que generan desigualdad entre la ciudadanía, paradójicamente en el país del MINISTERIO DE LA IGUALDAD, (claro, que tal vez no leí bien, y se trata del ministerio del igual da...), sumado a la pleitesía rendida hacia los territorios autonómicos mal llamados históricos. En España, ¿qué no es histórico?
Pero no falta responsabilidad por parte de la oposición, tan heterogénea ella, compuesta por un partido de entidad nacional, que en principio debería defender los valores conservadores por los que fue refrendado por mas de 10.000.000 de ciudadanos, por partidos que sólo tienen representatividad a nivel nacional favorecidos por la ley Dont, que únicamente se dedican a vender su apoyo mercenario en las Cortes, para después romper el Estado en sus respectivas aldeas.
Responsable fundamental, para mis escasas entendederas, es el Partido Popular, que camina sin rumbo, dando bandazos ideológicos continuamente, no respaldando a los dirigentes más valientes que entre sus filas se cuentan, porque, según su cúpula, no hay que “crispar” a la sociedad yo me pregunto, ¿quién crispa, el que comete las injusticias o el que las denuncia? Esa mojigatería ha llevado a la formación conservadora a desterrar de las listas electorales a elementos tan válidos como María SanGíl en Vascongadas o Alex Vidal Cuadras en Cataluña...
Otro factor de desmotivación del voto mayoritario conservador es la falta de energía demostrada, bajo mi punto de vista, por Mariano Rajoy, que proyecta una endeble imagen de falta de liderato, lo que lleva a cuestionarse el tipo de política que desarrollaría en el hipotético caso de que triunfara en unas elecciones generales.
Para terminar, hay algo que si me sorprende en grado sumo, y es que el importante ascenso en intención de cara a las urnas de Rosa Díez se nutra fundamentalmente de votos del PP.
¿Cómo personas que apoyaron en otras ocasiones valores cristianos y conservadores, pueden ahora secundar una opción que únicamente se diferencia del PSOE en su firme posición frente al terrorismo, pero que comparte posturas tan “progresistas” como la plena despenalización del aborto?